miércoles, 22 de diciembre de 2010

medito

de Nancy Del Carmen Martello, el miércoles, 22 de diciembre de 2010 a las 11:27
Dios se asoma a contemplar la tarde, las aves levantan sus vuelos al aire, impulsadas por el viento que conocen,
el sol moribundo de cansancio cae, arrojándose al mar que lo refresque un poco, teniéndolo de sangre,
la luna lentamente señora de la noche, se asoma en cuarto creciente,
pincelada de algún maestro loco, perfecta, plateada, ...
resbalan matices de ausencias, y cantos,
se puede sentir en el aire una nostalgia mística y secreta de ángeles,
mi alma se abre como puerta que no tiene cerrojo ni llave,
y dejo salir mariposas de sueños vencidos, para que elijan otra alma donde anidar,
los hilos invisibles del destino me han traído hasta aquí,
y puedo ver las cenizas de un ayer no muy lejano,
un amor, que tuve que dejar partir, en silencio,
desterrando de mi la idea de volver a verlo,
beso sin besar la calma y el sosiego,
mi alma esta en paz, aunque esta de duelo,
este amor que se hizo verbo en mis versos, que creció y se nutrió de las letras,
y hoy busco en los bolsillos olvidados de mi interior ,algún te quiero dicho por tus labios, y no lo encuentro,
quizás porque el amor que nos dan al nacer, es uno solo, y nos tiene que durar toda la vida, y lo vamos
dando de a poco, este corazón mio lleno de tierra y arena, mar y riscos,
y asi camino en esta noche, sabiendo que la sombra es un escondite para ciegos,
y hoy mi alma no quiere ver, se hundieron sus cuencas hacia dentro,
la soledad es la mejor compañera en esta tarde-moche, mientras la luna me observa,
un fantasma de mujer caminando por la playa,
en fin...dios también me mira, bajo sus ojos voy....bajo su mano existo,
no lloro, no , solo es un simple repaso de mi mismo.

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