jueves, 14 de marzo de 2013


Así como la tarde traduce el idioma del silencio,
Palpita mi garganta al filo de la palabra,
Me invade una húmeda certeza de estar vivo.
Y entre jirones de luz el sol va dejando
Arañazos dorados.  En el cielo.
La muerte esa extraña desconocida, espera
Agazapada en un rincón de la alameda.
O en el trinar del mar,…espera.
Mientras tanto soy verbo, fibra, ala, ruiseñor,
Bandera…balsa, estrella.
Esporas de cielos,
Desgarrados trozos de viejas vestimentas.
Espejos empañados….risas de niños acunada por los vientos.
Campos de amarantos. miro al fin mis manos,
Alejadas  de la luz, percibo música al borde del abismo…canta mi nombre.
Por momentos remembranzas….remiendos de ternura
Que cuelgan del calendario, pasos lentos del niño que fui,
Viene a buscarme, recordándome que fui feliz, inocente….
No Hare preguntas, la vida es esto…instantes,
Sensaciones, camuflaje en el paisaje de un
Cuerpo que nació de un milagro y
Hacia el milagro,  vuelve.
Como semillas de arenas tibias…interrogantes…
Dejare que broten dulces praderas de mis dedos….
Cantare a la vida, y a la muerte,
Con la misma voz de jilguero.

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