sábado, 30 de junio de 2012

infiel


Tus grandes ojos negros vomitaban la oscuridad de la noche,
Sin estrellas,
Apagados, recubiertos de cenizas,
Sin parpados de mariposas, ni aleteos de palomas,

Fría, tu mirada lanzaba cuchillos de mentiras.
El amor se hizo odio,
Y grandes llamas del infierno ardieron
Quemando las palabras no salidas de mis labios.

Se esfumaron los vendavales de ternura,
Temblabas, sacudida por la herida abierta de la verdad,
Tus manos tan frágiles como amapolas,
Eran puños cerrados donde cabía todo el dolor,

Te vi. derrumbarte, y yo, fui la piedra
Que hirió tu cara
Te fui infiel….
Se apagaron para ti los cielos de verano.

Mi cuerpo con olor a otra piel que mareaba,
Era yo una mancha en el océano, y no de luz,
Era tierra amarga, me invadió una densa sensación a nada,
La mentira fue grande y angustiosamente larga.

Sentí que en cada morir, nacía de nuevo,
Al fin lo sabias,
Derrumbaba al fin los muros de adobe,
Pero el barro salpico mi vida,

Sabia que te perdía,
Quise rodearte con mi aliento,
Pero eras solo un espectro, un muerto en vida, y yo tu asesina,
Tu sangre se seco en mis manos,

Tu silencio, mi sentencia….
Mis manos vacías  se aferraban a tu sombra,
Y danzo en mi pecho el indio pagano,
Anunciando que mi espíritu me había abandonado,

Cerré los ojos, cayeron sobre mi los astros azulados,
En tu lugar, se abrió un abismo,
Y tu sombra se fue, como se va la tarde, sin ruidos, sin brillos,
La verdad y sus pesares….

Abrí una herida en tu pecho, jamás tendré la virtud de cerrarla,
No porque no te ame, sino porque traspase el horizonte
Naufrague, mate todos los pájaros del bosque….
Me atardeció el silencio….

No hay comentarios:

Publicar un comentario