miércoles, 17 de agosto de 2011

POEMA DE UN GRAN POETA, UN GRAN HOMBRE, UN SER ESPIRITUAL, UN MAESTRO....

POEMA DE CARLOS ÓRDENES PINCHEIRA.
" EN LA ESPESURA DE UN SUEÑO INCONCLUSO".
FOTOG ...RAFÍA TOMADA POR NADIA IVONNE ÓRDENES DUFFAU


VII



Y este dolor

que asoma de arcanas cavernas

¿es acaso

un pasaje hacia la integridad,? ¿Alcanzaré

a ser tan claro

cómo la ola petrificada luego de infinitas cabalgatas?

Aún siento que no puedo asomarme a mi propio ser...

Una bruma llamada tiempo

puede interferir, los fragmentos

que me faltan

los oigo lejanos como meteoritos incompletos,

pasos recién lanzados al gran sueño...

No deseo caer

ni ser tragado por esa insaciable energía subterránea

donde mueren todos los cielos

pero estoy cada vez más cerca.



VIII


Y esta guerra de ojos lacrados

siembra el planeta de creencias ensangrentadas,

calaveras rojas y verdes

en un ir y venir de palitroques quemados.

Parece que todos los anhelos estallan,

se encadenan

para sentir olor a muertes repentinas;

hay una cosecha inacabable

de odios

en los cinco pedazos de tierra.

Sombras pequeñas

o recién nacidas arden el alaridos,

una fría oscuridad recorre el mundo

dibujando

dolores

en sus estómagos.

Es una historia de horrores,

no se puede destruir

porque nosotros estamos durmiendo,

aunque creemos ser dueños del gran Todo.








IX




Encadenado

a una sonrisa muriente, observo

la caída del firmamento

sobre los bosques en cenizas.

Pesadillas

arremeten contra los verdes habitantes;

maquinarias, sierras,

ojos raspados, manos afiladas como navajas.

Es la lid más cruel

injusta, violenta, cierta mezcla de maldades y

huecas ambiciones

logran imponer sus dardos grises:

los hermanos árboles se desploman...

Sus cadáveres

-aún palpitantes-

parecen llorar por la suerte que correrán sus victimarios.

Ellos

con sus hojas levemente agitadas,

parecían estar en vigilia...






XII



Y vamos de una ensoñación a otra

sin saber

cuando dejarán de girar las hélices;

esta locura

de hacer malabarismos

mientras desparecen los peces las aves y la cordura.,,

Ah, el mar nuestro


muriendo lento, seguro. Se esfuman

sus defensores,

sólo hay atacantes perdidos en una concepción deteriorada...!

Negras raíces van cubriéndolo todo.

No hay lágrima verdadera

por esta muerte gigante, derechos naturales

son mutilados,

la inconsciencia arrastra a sus esclavos autómatas

hacia nuevas heridas.






XIII


Me veo caminando dentro de un túnel:

en las paredes

cuelgan retratos de calaveras

o de suelos concluidos en santidad.

Al fondo vislumbro

figuras asimétricas

intercambiando palabras de piedra...

La luz del día es un disco diminuto,

apuro el paso,

a mis espaldas

siento aullidos de ahorcados en otras edades...


Al abandonarla semi oscuridad,

un resplandor me invade, hiere mis párpados,

enfrente, un paisaje plano,

olores de monjes

carbonizados hace siglos, y un viento carcomido

de melodías ya extintas...

Estoy perdido

frente a un mar seco, peces y aves empedernidos...

Me tienta el deseo

de romper a la niebla de mi sueño...

No debo hacerlo:

la tarea consiste en hallas las últimas partículas

que me faltan..








XIV


Atardecido,

el sueño no termina.

A través de sus brumas

persisto en la búsqueda. El espíritu

de un antiguo abedul aparece frene a mí, desnudo,

cargado de leyendas,

como cuando era rey de las esquinas...

La esencia de un querer

invade mis pasos,

soy la piedra esculpida por las lluvias..

Hay momentos

en que deseo caminar más allá de los párpados,

enfrentarme a los espejos de la noche,

ver a mis antepasados

en su primera siembra...

Saber de dónde viene este cantar es una sutil obsesión.

Quizá estas manos

pertenecieron a un abuelo lindo

que cambiaba

castañas por miradas, arreboles por sonrisas...

Un frío cielo de aluminio despedaza mi cara;

este cuerpo ya no siente

las señales de encendidas mañanas...

Heladez profunda cae sobre mi alma...




XV


Tanteando paredes,

apuñando niebla para arrojarlas al vacío,

una secreta sensación de agrado

me embarga...

Este caminar no es de cristales y mieles,

he sido menoscabado

por sueños inferiores..., han dejado dardos y

lluvias punzantes

en mi corazón...

Nada importa

cuando las manos están empapadas de cielo y

un océano de luz invade el alma...

Y cuando despierte y

busque entre blancas sombras aquella luz

tan plena de cánticos,

sembraré canciones en la senda

de otras verdades...

Será cuando encuentre ese fragmento

aún desconocido: me iré dulce, feliz

de abandonar

las duras arenas que sobre mis ojos

me impiden despertar...




abril- junio – 2001


Carlos Ordenes Pincheira
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