martes, 4 de septiembre de 2012

gaucho


El viento soplaba sin cesar, apenas podía ver con tanta tierra seca envolviéndolo, su caballo  luchaba contra esa mano invisible que lo frenaba, la pampa abierta tenia esos días….decidió acampar, busco refugio detrás de un roca, se puso el  poncho sobre la cabeza, para poder respirar mejor, las luces del atardecer enrojecían el cielo, las nubes corrían como locas, negras, anaranjadas, grisáceas….pronto caería la noche, ni una sola estrella se vería-pensó-, De pronto una nube de tierra , un griterío salvaje lo aturdió, solo
Se sentía el tamborilear de caballos, allí estaban, esculturas de bronce, desnudos, indios
Claro!-esta es su patria también que joder!- pasaron por su lado pero no lo vieron, acamparon justo delante de el, rogaba que su caballo no hiciera ruido, igual el viento y su soplar constante, los búhos, y sus chillidos quizás lograran salvarlo. la noche era un manto negro cerrado, solo se veía el fogón, algunos indios arcanos sentados en cuclillas sobre el pasto seco, cantaban en su alegórico lenguaje a quien sabe que Dios pagano…
Hacia meses que no llovía, tenia los labios resecos, y un gusto amargo en la garganta, de
 Pronto se  dio cuenta que hacia mucho que no comía nada ni bebía agua….Le esperaba una larga noche, tenia que salir de allí cuando todos los indios durmiera, y sortear al vigía, sin un rumbo de estrellas le seria difícil saber para donde ir….-Suerte perra la mía!- maldijo por lo bajo-espero algunas horas, se subió a su caballo tirado sobre su lomo, clavo sus espuelas y salio despacio, tan despacio que parecía un suspiro , un aleteo leve, no quería mirar atrás, de pronto dos ojos se le clavaron en los de el, eran como la luz mala, profundos, indómitos, huraños, llenos de ira o de miedo, enrojecidos, no podía ver el rostro a quien pertenecían, estaba pintado seguramente de negro, pero sabia que era un indio, no pudo pensar, le temblaba el cuerpo, pero le sostuvo la mirada, -¡pucha! si  parece el mismo diablo!- se dijo, vio el resplandor de la punta de una lanza, Sin  pensarlo toco a su potro y siguió el camino, se decía a si mismo, atrás queda el enemigo, el  pasado y la muerte- sabia bien que el indio jamás atacaría por la espalda, entre el hambre, la sed, el miedo, el cansancio, quedo dormido sobre el lomo de su caballo, pronto las luces del amanecer iluminaron el campo abierto, los cardos grises altivos, con su medallones azules, se mecían al son de la brisa, el viento había calmado por completo, se encontró con un arroyo calmo entre los pastizales, se tiro como pudo del potro, arrastrándose entre las rocas bebió agua fresca, y dejo caer su cabeza en el agua cristalina, sus cabellos flotaban como algas, se levanto, se sacudió y pudo recuperarse un poco, aun le dolía en sus ojos aquellos ojos…. Su caballo también bebió  incansablemente, y luego se puso a comer el pasto húmedo por el rocío, lo palpo y le dijo bajito- gracias, amigo- , solo un relincho y entre ellos era todo , nada que agregar, eran uno solo, descanso cara al sol que caía ahora como cuchillos , el cielo estaba celeste pálido, algunos zorzales levantaron vuelo culebreando hacia el horizonte, solo se escuchaban las chicharras, algunas aves….hurgo entre sus cosas y consiguió un pedazo de pan duro, viejo,….manjar de pobres.,de a poco recobraba fuerzas para seguir camino antes del anochecer. La tarde redonda como naranja madura, le alcanzo ya cerca de los bosques, mas allá estaba el rancho. Apuro el paso, llego al palenque, ato a su saino, se sacudió el polvo de sus ropas, y vio salir apurada del rancho a su china, con cara de asustada, no se dijeron nada, se abrazaron y asi se fueron para dentro, luego de unos mates, y un churrasco jugoso, mientras miraba el fuego encendido y las lenguas de llamas que  subían y bajaban y quedaban el leño, tirando pedacitos de chispas por todos lados, con su perro recostado a su lado, el cuarto apenas iluminado por la luna que se asomaba a su ventana sin pedir ningún permiso, recordó otra vez esos ojos….-Indio!-dijo- y con una sonrisa apenas dibujada pensó. -¡hombre al fin, carajo! esta  también es su tierra!-….

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