En ese cuarto pequeño, la poca luz que entraba por la ventana, dibujaba sobre la pared, su pequeña silueta quieta en una silla,
la soledad la rodeaba hacía mucho tiempo, casi todos los recuerdos, eran olvidos,
los años se habían apoderado de su memoria y de su cuerpo, gastado ya,
Sus manos pequeñas, arrugadas, sólo lucían un anillo que llevaba el nombre de Él...
Pronto, muy pronto sería el reencuentro...
le dolía todo el cuerpo,
le dolía todo el pasado,
no quería ser una carga para su única hija, así que decidió irse de este mundo sin pedir nada.
Tanto que dejo una nota, donde pedía expresamente que quemaran su cuerpo, al fin, Hilda no necesitaría tener que molestarse a ir a poner flores a su tumba... ¿para qué?...
se empañaron sus ojos, en un lejano verano que para ella ya terminaba, el
camino que se cerraba, abismos que se juntaban bajo la tierra,
esperanzas que llegaban a su fin, ya era suficiente, el sufrimiento físico y emocional era demasiado para esta altura de la vida....miró a su alrededor, pocos muebles,
poca ropa, poco aire que respirar, poco que decir, casi nada,
se dejó caer en su cama,
solo la luna de navidad entraba por la ventana,
que mejor día para irse con el Señor, que el día de su nacimiento....
Por un instante recordó, la mirada tierna de él, su primer beso, la primera vez que amamantó a Hilda,
el primer día de escuela, tantas otras primeras veces,.....
Cerró sus ojos, y solo musito un”adiós”....pero nadie había para recibirlo,
mientras las luces que anunciaban el festejo,
ella, sola, se entregó en los brazos de ese Ángel que vino a buscarla, y se fue,
así entre grandes alas blancas.....
Dejó aquí su cuerpo gastado, su ropa vieja, su soledad....
nadie brindo con ella aquella noche, solo la muerte,
Ahora la vida apuntaba hacia arriba, hacia el cielo, hacia la eternidad.....
la soledad la rodeaba hacía mucho tiempo, casi todos los recuerdos, eran olvidos,
los años se habían apoderado de su memoria y de su cuerpo, gastado ya,
Sus manos pequeñas, arrugadas, sólo lucían un anillo que llevaba el nombre de Él...
Pronto, muy pronto sería el reencuentro...
le dolía todo el cuerpo,
le dolía todo el pasado,
no quería ser una carga para su única hija, así que decidió irse de este mundo sin pedir nada.
Tanto que dejo una nota, donde pedía expresamente que quemaran su cuerpo, al fin, Hilda no necesitaría tener que molestarse a ir a poner flores a su tumba... ¿para qué?...
se empañaron sus ojos, en un lejano verano que para ella ya terminaba, el
camino que se cerraba, abismos que se juntaban bajo la tierra,
esperanzas que llegaban a su fin, ya era suficiente, el sufrimiento físico y emocional era demasiado para esta altura de la vida....miró a su alrededor, pocos muebles,
poca ropa, poco aire que respirar, poco que decir, casi nada,
se dejó caer en su cama,
solo la luna de navidad entraba por la ventana,
que mejor día para irse con el Señor, que el día de su nacimiento....
Por un instante recordó, la mirada tierna de él, su primer beso, la primera vez que amamantó a Hilda,
el primer día de escuela, tantas otras primeras veces,.....
Cerró sus ojos, y solo musito un”adiós”....pero nadie había para recibirlo,
mientras las luces que anunciaban el festejo,
ella, sola, se entregó en los brazos de ese Ángel que vino a buscarla, y se fue,
así entre grandes alas blancas.....
Dejó aquí su cuerpo gastado, su ropa vieja, su soledad....
nadie brindo con ella aquella noche, solo la muerte,
Ahora la vida apuntaba hacia arriba, hacia el cielo, hacia la eternidad.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario